miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿EL ORDEN DEL CAOS, EL CAOS DEL DESORDEN…?



Hola a todos… Esta es mi primera vez... escribiendo en un blog. =P
El presente es un ensayo que escribí para la materia de Semiótica, mezcla la teoría del caos (como si no fuera suficiente), con una película muy interesante y recomendada llamada “Pi: El Orden del Caos”. Si tienen la oportunidad, vean la película, el cine te invita de cierta manera a escapar de la realidad y ésta en especial, te ayuda a plantearte las cosas de una manera caóticamente interesante.
Enjoy it!

“Cuanto más total es la confusión, mejor me encuentro en ella”… miramos fijamente lo prohibido y después de eso nuestra percepción de la realidad cambia drásticamente, así como le sucedió a Cohen, lo cual se muestra como metáfora en la película con las tonalidades blanco y negro que se manejan. La teoría del caos plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo del reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspectos caóticos, el observador no es aquel que crea la inestabilidad o la imprevisibilidad con su ignorancia: ellas existen de por sí, el desorden, el caos son parte indispensable en el cosmos, aquello que lo alinea todo de una manera casi mágica, espontánea y desconocida. Sin embargo, el hombre se aferra al orden, lo predecible, lo más cercano a la perfección posible: los ritos, aquellos que seguimos por tradición, costumbre, todo siempre igual, secuencial… tal vez los mitos, intentos de realidad matizados con un toque de fantasía y misterio, pero que logran pasar de generación en generación sin perder su orden y estructura, la religión, la ciencia, las matemáticas!...

Max Cohen (el protagonista de la película) deseaba encontrar una explicación matemática a todo lo que veía, oía, sentía… algún patrón en uno de los números irracionales más antiguos de los que se tiene registro: el número Pi (3.1415926535897932384626433832795), del cual sospecha que, además de representar la relación entre las longitudes de una circunferencia y su diámetro, puede esconder la clave de la que se vale la naturaleza para su permanente regeneración.
El la película se puede apreciar de una forma muy marcada el choque entre la realidad material y el mundo espiritual, por una parte, la serie de números - 216 - (que creía que se trataba de un virus en su computadora llamada “Euclade”) que podrían servir para conocer los resultados de la bolsa de valores y por otra, la misma serie de dígitos que según un grupo de judíos revelaban el nombre de Dios a través de la relación entre las matemáticas y el Thora y de alguna manera esta combinación de números terminaban relacionándose con el Pi. Al final después de una crisis que casi lo lleva a su autodestrucción, viendo en todas partes espirales: desde el movimiento de una hormiga, hasta las agitaciones que provoca el viento en los árboles, comprende que el desorden es algo natural, y de esta manera llega a un punto de aceptación del caos, descubriendo y adentrándose a su interior, es capaz de olvidar la lógica. Renaciendo y apreciando la belleza de una flor.

"DEL ORDEN AL CAOS"
"DE LORD ENA LCA"OS
E"DCA DEN LO RA L S"O
E" D A C E N D O R L A S " L O
DEL"CA AL OS D E"N OR
"DEL CASOALO RDE"N
"DEL CAOS AL ORDEN"

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